Con respecto al cáncer, las cifras muestran que NO a descendido su incidencia de muerte. Se habla del terreno, la importancia del microambiente, el cuál es beneficioso para el desarrollo del cáncer. Cuando hablamos de ello nos referimos a lo que se come, lo que respiramos, lo que pensamos y escuchamos, etc. El terreno biológico juega un rol determinante en la respuesta al tratamiento y en la posibilidad de desarrollo de metástasis. Personas con un cierto terreno muestran una evolución más hostil a las células malignas. Podemos influenciar el microambiente que rodea a la célula cancerosa, ello impactará sobre el desarrollo de la enfermedad. Un terreno inflamado es un factor favorecedor para desarrollo del cáncer. Cabe destacar que la obesidad, la grasa intraabdominal traduce un estado de inflamación silenciosa. La mejor actitud que podemos observar en la estrategia preventiva del cáncer, es actuar mejorado el terreno bioquímico, impidiendo el crecimiento y progresión del cáncer. Es necesario tener intervenciones benéficas en la dieta, ejercicio y actividades del cuerpo-mente.
Reducir la inflamación, modificar el terreno biológico es la más poderosa vía para mantener un medio inhóspito para el cáncer. Estos cambios en los hábitos de vida es necesario mantenerlos por años para restaurar la bioquímica interna. En muchos casos no se curará el cáncer, sin embargo, se aprenderá a vivir con él, en remisión. Al igual que uno vive con patologías crónicas como ser hipertensión arterial y patologías tiroideas.
Los factores externos, tales como el modo de vida o el medioambiente pueden llegar a influir en un 80% de los cánceres. Trabajos científicos han mostrado que los cánceres son nueve veces más frecuentes en los países industrializados en comparación con países emergentes.
Los factores etiopatogénicos destacados serían la adicción a nuestra alimentación, grandes cantidades de azúcar, sustancias artificiales, cambios agrícolas y ganaderos que modifican la naturaleza de nuestro alimento. Las modificaciones en el estilo de vida, alterna el estado emocional y espiritual de las personas. Los factores psicológicos favorecen el crecimiento más rápido del cáncer, algunos casos bien documentados han demostrado que los estados de serenidad pueden revertir el cáncer. Por lo tanto, es necesario modular y tratar el estrés, ya que el mismo, activa mecanismos de inflamación. El estrés pone más lento las funciones digestivas, tisulares e inmunitarias.
¿Qué hacer para reducir el riesgo de enfermarnos?, se aconseja tener una alimentación paleolítica, comer vegetales especialmente crudos y al vapor, no azúcar, no alimentos procesados, no alcohol, frutas idealmente berrys, cocinar con alimentos orgánicos mantenerse en normopeso y hacer ejercicio (cardiovascular – mente cuerpo). Conjuntamente podemos modular y bajar inflamación mediante medicina ortomolecular, suplementación, con ello nos centraremos en el papel de la nutrición apropiada en relación con la salud.
