Es fundamental comenzar a cuidar nuestra piel y salud desde temprano para prevenir y retrasar los signos del envejecimiento. Uno de los factores que influye en este proceso es la inmunosenescencia, que es el deterioro del sistema inmunitario con el tiempo. Esto afecta nuestra capacidad para responder a infecciones y desarrollar memoria inmunológica.

El envejecimiento también está relacionado con la inflamación crónica, que puede ser causada por el estrés, el daño solar y otros factores externos. Además, la disbiosis que es una alteración en la permeabilidad intestinal, puede contribuir a esta inflamación.

Todo esto se traduce en un envejecimiento acelerado de los tejidos, vinculado a cambios epigenéticos que son influenciados por nuestro estilo de vida, alimentación y ejercicio.

Una opción innovadora en el tratamiento del envejecimiento son los senolíticos, compuestos que eliminan las células senescentes, es decir, aquellas que han perdido su capacidad de dividirse y funcionar correctamente. La suplementación con estos compuestos es clave y debe hacerse de manera intermitente. Algunos ejemplos incluyen:

• Quercetina
• Fisetina
• Resveratrol
• Silymarin
• Curcumina

En el ámbito de los tratamientos, los factores de crecimiento juegan un papel crucial. Estos pueden estimular la formación de nuevo colágeno (hasta un 250%), ácido hialurónico (800%) y elastina, además de aumentar la actividad metabólica y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Para maximizar sus efectos, es recomendable combinarlos con procedimientos como laserterapia.

La medicina regenerativa no solo ayuda a atenuar arrugas y pigmentación, sino que también mejora la salud de los vasos sanguíneos y la apariencia general de la piel. Nuevas sustancias tópicas, como Epicelline, han demostrado inducir un rejuvenecimiento significativo al reactivar genes que revierten los cambios epigenéticos y estimulan la firmeza de la piel en un 88%.

Cuidar de nuestra salud y estética es un proceso integral que vale la pena comenzar hoy.